Hace unos días se conmemoraba el 50 aniversario de la construcción del denominado muro de la vergüenza, aniversario que sucede al que se produjo hace dos años para commerorar los 20 de su caida. Esta práctica medieval de separar unos territorios de otros a golpe de hormigón, tan de moda en el siglo XX, nos mueve a recordar que aún existen en el mundo multitud de "muros de la vergüenza" no tan mediáticos ni tan fácilmente reprobables para los poderes fácticos, pero sí para el resto de los mortales que aún albergamos algo de humanidad.
Por señalar algunos de los más sangrantes: la frontera que separa E.E.U.U. y México, las vallas que separan Ceuta y Melilla de Marruecos, los que atenazan Cisjordania, el que separa las dos Coreas, los que convierten en guetos las favelas brasileñas...